miércoles, abril 04, 2007

Un día de estos voy a celebrar mi cumpleaños

En la tienda, junto con el vino y las cervezas, me decido por una bolsa de cortezas Matutano. El paquistaní anota las bebidas mecánicamente, pero se entusiasma visiblemente ante la bolsa. -Paquete nuevo, paquete nuevo –dice con una enorme sonrisa. Tiene razón, es la primera vez que veo ese envase, plateado. –Lo trajeron hoy –me informa. –Es muy bonito –le contesto antes de pagar. De vuelta a casa echo un vistazo a los cines Melies, que todavía no cambiaron la programación. Estoy algo más tranquilo, comer con mis compañeros de trabajo me intranquilizó un poco pero empieza el fin de semana y tengo algunas cosas que hacer, aunque no se por cual empezar. Supongo que en eso consiste ser adulto, las cosas siguen siendo igual de intrascendentes pero la decisión y el resultado de hacerlas corre por cuenta propia. Eso denominado responsabilidad. Aunque hace poco leí que uno no llega a la madurez hasta que no sufre una gran pérdida. Alguna he sufrido, pero nada grave. Todo llegará. Al pasar frente al restaurante gallego veo un enorme cartel en el que se anuncia el comienzo de la temporada de lamprea. Hace poco leí algo en internet. Son unos peces prehistóricos con aspecto de gusano y una boca succionadora llena de dientes con la que se aferran a las piedras mientras se reproducen. La forma habitual de cocinarla es en su propia sangre. En la escalera me encuentro con el casero, cosa que suele suceder, y me dice algo sobre la factura de la luz que olvido con tanta facilidad. Después hace una pregunta algo más indiscreta -¿Su novia se fue? -. –Hace tiempo, mañana le pago la factura- le respondo mientras sigo comiendo las cortezas. No se me ocurre ofrecerle.