viernes, agosto 04, 2006

La lista de la compra

La compra de ayer: 1 garrafa de agua de 5 l., 1 caja de leche semidesnatada, 1 paquete de chocolatinas con caramelo, 1 mocho de fregona, 14 latas de cerveza. La cajera lo pasó todo sin inmutarse, debe haber visto de todo la pobre, o quizá ya no evalúe el carácter de las compras. Yo si lo hago, mera curiosidad morbosa. Un tipo con aspecto de profesor universitario espera una cola de media hora para pagar un cartón de vino. Dos paquistaníes llevan 500 paquetes de harina y 500 botellas de aceite de girasol. Una familia sudamericana lleva un carro lleno de latas de cerveza, latas de tomate y arroz. Una pareja gay luce dos cestas llenas de productos variados con la cualidad común de tener envases de colores chillones. Dos alemanas semidesnudas llevan dos manzanas, cuatro pizzas margarita, una caja de tampones y una botella de wiski de una baratísima marca que en otro tiempo me hizo pasar dos días sobre la taza del wc. Una señora de unos 60 años, muy pintada, pasa por caja todo tipo de lácteos y algunas latas de comida precocinada. Le revisan el bolso antes de salir.

Como leí en algun lado, a partir de cierto momento la vida se vuelve fundamentalmente administrativa. Tratar de no quemarse en el trabajo, cuidar el dinero para llegar a fin de mes, mantener el tono físico en la medida de lo posible, eyacular con regularidad, poner lavadoras, divertirse de vez en cuando para evitar depresiones, comer varias veces al día. Puro mantenimiento. Decía Vázquez Montalbán que la vida empieza cuando acaba la historia. La película dura hasta que matan al malo y el bueno se besa con la chica. A partir de ese beso no hay nada que filmar, y si se hiciese a nadie le apetecería verlo.

4 Respuestas emocionales:

Blogger Max said...

¿Será por eso que en el porno nunca nadie se besa? (En la boca, claro esta).

10:00 p. m.  
Blogger andrés said...

¿para que nunca se acabe? Las cosas en el porno son largas, pero también tienen fin. Un fin determinado por otro tipo de evento claro, pero después de eso tampoco hay nada que filmar. Imaginemos (no mucho, no es necesario torturarnos) una porno que acabe con una escena de la chica lavándose los dientes en el servicio.
Cierto, soy un pervertido.

8:54 a. m.  
Blogger Max said...

Bueno, me quedo con ese final que promueve la higiene. Tiene un valor educacional innegable que deja sin argumentos a todos aquellos que dicen que el porno carece de mérito. Eso si, felizmente que este es otro post, porque imaginarme al perezoso lavándose los dientes, sosteniendo el condenado cepillo con los tres dedos, ya no es ni perverso. Pura crueldad animal. Y eso de la sado-zoofilia no va conmigo. Demasiado largo el nombre. A la primera cubeta se te vuelve un trabalenguas y así uno no consigue una cita ni en el refugio de animales.

1:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"... La vida empieza cuando acaba la historia. La película dura hasta que matan al malo y el bueno se besa con la chica. A partir de ese beso no hay nada que filmar, y si se hiciese a nadie le apetecería verlo..."

Yo pienso que despues de ese beso hay muchos mas que dar, y muchos buenos momentos por vivir, todo depende de las ganas que uno le ponga de "seguir vivo"...

10:25 a. m.  

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